No existe una sola causa que explique la aparición de la fobia. Como hemos dicho una fobia es un miedo irracional y excesivo
a un objeto o situación, el cual puede conllevar de por sí un cierto peligro, pero la forma de reaccionar
del sujeto está fuera del contexto habitual.
Realmente el objeto fóbico no es el verdadero causante de la reacción por ejemplo, una pequeña araña, un perro, un viaje en avión,
en sí mismos pueden entrañar un peligro, pero ante estos estímulos las personas habitualmente reaccionan de una forma que podríamos llamar "razonable".
Sin embargo, hay personas que sufren una reacción totalmente desproporcionada.
¿Qué ocurre en la mente de estas personas? En orimer lugar suele haber una idea que el sujeto considera inaceptable en su
esquema mental. Por ejemplo, si un niño/a es consciente de un fuerte acto agresivo entre sus padres, muy posiblemente sentirá miedo y angustia,
y si este miedo es demasiado intenso para lo que el niño es capaz de racionalizar, su mente intentará un mecanismo defensivo
que consiste en "aparcar" esa situación de angustia, "esconderla". Y lo hace separando el hecho ocurrido (agresividad entre los padres),
del afecto sentido (miedo intenso). El afecto es "depositado" en otro lugar, o mejor dicho sobre otro objeto. Generalmente
este objeto tiene que tener su propia carga emocional negativa, por ejemplo un perro, una araña, o sobre una situación parecida
a la original, por ejemplo "gritar". Como, además, estos hechos se suelen repetir (las peleas entre los padres) la sensación de
angustia-miedo se va consolidando en la mente del sujeto.
Poco a poco se fortalece la relación entre "gritar" con el
miedo sufrido: personas que gritan→→angustia y miedo.
Esta persona puede decir, más adelante, que ella lo único que no soporta en la vida es que las personas
se griten. Realmente, lo que el sujeto tiene en su interior es una carga afectiva intensa y no resuelta, que además
no es consciente, está en su inconsciente, separada del verdadero origen (la pelea entre sus padres, en este ejemplo).
El sujeto es capaz de relatar aquellas peleas entre los padres
pero no siente el afecto intenso que le ocasionaban. En
su lugar, ese afecto irracional no resuelto, se manifiesta ante el objeto sobre el que se ha depositado posteriormente:
un perro, un grito, una araña, etc.
Todo este proceso tiene algunas utilidades para el individuo. Por ejemplo, "creer" que la causa de su miedo está en
un objeto externo y no en su interior. Tiene así una justificación ante él mismo y ante el mundo. La persona se cree a salvo
de sus miedos más profundos, porque cree que sólo tiene que evitar el objeto fóbico. Ahora bien, si vive en una zona
en la que el objeto fóbico está casi siempre presente, su vida se le complica mucho.
En otras ocasiones la fobia no se ha originado como hemos relatado, sino que está relacionada con algunas situaciones sociales,
como hablar en publico, ir a una fiesta y otras. En estos casos la idea que el individuo tiene de sí mismo no está de acuerdo
con el rol social que se ve "obligado" a cumplir, por ejemplo cuando el temor a la crítica de los demás es muy intenso.
En resumen, el sujeto tiene una idea de sí mismo o de alguna vivencia o de alguna situación social que le produce demasiada angustia.
No puede resolver esta angustia así que incoscientemente desplaza es angustia a otro lado, lo deposita en otro objeto: perros
arañas, aviones, gritos, conducir, etc. De esta forma, el sujeto sigue sin resolver su verdadero problema y solo tiene que
evitar el objeto que le parece que es el causante de su angustia.
No siempre el problema está originado en la infancia. Y, desde luego, no siempre se produce una fobia ante el mismo tipo de situaciones
vividas por las personas. En muchas otras ocasiones, la angustia es canalizada de otra forma, por ejemplo, trastornos de ansiedad,
trastornos obsesivos, etc.
Existen varios factores que influyen en la aparición de la fobia.
-Temperamentales. Los factores de riesgo temperamentales para la fobia específica, como la afectividad negativa
(neuroticismo) o la inhibición conductual, son también factores de riesgo para otros trastornos de ansiedad.
-Ambientales. Los factores de riesgo ambientales para las fobias específicas, como la sobreprotección
de los padres, la pérdida de los padres, la separación, el maltrato físico y los abusos sexuales, tienden
a predecir también otros trastornos de ansiedad. Como se señaló anteriormente, a veces (pero no
siempre) las exposiciones negativas o traumáticas al objeto o situación temida preceden al desarrollo
de la fobia específica.
-Genéticos y fisiológicos. Puede haber una susceptibilidad genética a una determinada categoría
de fobia específica (p. ej., una persona con un familiar de primer grado con una fobia específica a los
animales es significativamente más propensa a tener la misma fobia específica que cualquier otra
fobia de otra categoría). Las personas con fobia a la sangre-inyección-herida muestran una tendencia
singular para el síncope vasovagal (desmayo) en presencia del estímulo fóbico.
Como hemos dicho, no siempre pero con frecuencia se empiezan a desarrollar en la época infantil.
Una primera aparición en la edad adulta es relativamente rara y es más probable que ocurra después de un evento
estresante o humillante, o después de cambios vitales que requieren nuevos roles sociales (p. ej., casarse con alguien,
obtener un ascenso de trabajo). La fobia social puede disminuir cuando el
individuo, que siente temor por las citas con las chicas, logra casarse, y puede volver a aparecer con
toda su intensidad tras el divorcio. Entre las personas que acuden a consulta, el trastorno tiende a ser
particularmente persistente.
Los adolescentes manifiestan un patrón más amplio de miedo y evitación, incluidas las citas
amorosas, en comparación con los niños más pequeños. Los adultos mayores expresan niveles de ansiedad
social más bajos pero en una amplia gama de situaciones, mientras que los adultos más jóvenes expresan
mayores niveles de ansiedad social en situaciones específicas.
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